Cincuenta años del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente

Cincuenta años del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente

Este mes de junio se cumplen cincuenta años de la primera conferencia mundial
sobre el medio ambiente y contribuyó a dar visibilidad a los grandes problemas
sobre el clima y la interconexión entre el hombre y la naturaleza. Esto sucedió en
Estocolmo entre el 2 y 3 de junio de 1972. Para fortalecer las normas y prácticas
medioambientales se organizará el Estocolmo+50, con Suecia y Kenia.
El objetivo es reafirmar el compromiso y reforzar nuestra capacidad para superar
la triple crisis planetaria del cambio climático: la pérdida de naturaleza y
biodiversidad, la contaminación y los residuos.
Después de dos años sumergidos en la preocupación de la pandemia por el
COVID19, es tiempo de recuperar el enfoque en este tema que marcará la
supervivencia del hombre. El cambio climático es evidente y lo sentimos en carne
propia en estos meses de mayo y junio como los de mayor temperatura en todo el
país.
En 2015 se firmó un convenio conocido como El Acuerdo de París. Este es un
acuerdo mundial sobre el cambio climático que se alcanzó el
12 de diciembre de 2015 en París. El acuerdo presenta un plan de actuación para
limitar el calentamiento del planeta «muy por debajo» de 2 °C, y cubre el periodo
posterior a 2020.
Las Conclusiones del Consejo de Medio Ambiente destacan la importancia de
crear las herramientas adecuadas para cumplir los compromisos de los Estados
miembros. La UE seguirá aplicando las políticas climáticas que figuran en el marco
de actuación de la UE en materia de clima y energía hasta el año 2030. El
principal objetivo consiste en reducir las emisiones internas de gases de efecto
invernadero en al menos un 40 % para 2030 con respecto a los niveles de 1990.
Es parte de este compromiso de los países miembros, reducir el uso de energía
que produzca gases de efecto invernadero en un 40% para el 2030. Esto es,
debemos de utilizar un 40% al menos de energías limpias para 2030.
Desgraciadamente en los últimos 4 años, esto no parece ser una prioridad del
gobierno actual y no se han llevado a cabo los compromisos que no solo obligan al
gobierno sino a las empresas a emigrar al uso de energías limpias para disminuir
el impacto en el cambio climático.
De hecho, con la propuesta de la reforma a la ley de energía que propuso el
gobierno, muestra un paso atrás en este compromiso. Por fortuna no se aprobó el
cambio legislativo, sin embargo, en la práctica CFE seguirá utilizando combustóleo
en la producción de electricidad, lo que impactará negativamente en los efectos
del cambio climático.

Las energías limpias que son aceptadas por la legislación como libres de gases de
efecto invernadero son: Energía eólica, Radiación solar, energía oceánica
(mareas), energía geotérmica y biotérmica, poder calorífico del metano y energía
hidroeléctrica, principalmente.
Si CFE no se está comprometiendo a este esfuerzo por proveer energías
renovables, es un reto para las empresas poder cubrir estos compromisos y
buscar soluciones a su consumo de energía actual por una de energía limpia. El
compromiso deber ser gradual pero consistente y no podemos desistir de este
esfuerzo por el bien de las futuras generaciones.

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